Una de las cosas que más me gustan es salir de Barcelona de vez en cuando para huir del ruido de la ciudad, disfrutar del campo y respirar. Desde que compartimos el piso con Lola este deseo se ha incrementado por mil hasta convertirse en una necesidad.
El Valle de Benasque se encuentra a los pies del Aneto, el pico más alto de la península ibérica.
Con el fin del invierno y el inicio de la primavera, el mejor momento para disfrutar de la montaña, hemos aprovechado para coger un fin de semana largo y irnos al Pirineo aragonés. Esta vez nos hemos alojado en Eriste, un pequeño pueblo cercano a Benasque y a las orillas de un pantano.
Sin duda es un punto muy recomendable donde desconectar y desde donde salen varios senderos por los que se pueden realizar infinidad de excursiones. Le rodean paisajes verdes, llenos de ríos y riachuelos. Además hemos estado de suerte y hemos podido pisar los últimos reductos de nieve.

Eriste | Feelomena’s Kitchen